La hipnosis en odontología, es una técnica que es utilizada para aplicaciones de la sugestión controlada que permiten el manejo del dolor al producir analgesia. No elimina del todo la anestesia o analgesia; más bien es utilizada como coadyuvante de la anestesia química. Por ello, resulta posible excederse en su uso.

Se conoce como sugestión controlada el ofrecimiento deliberado y cuidadoso de una sugestión al cerebro, con el objeto de conseguir un efecto predeterminado. Si se obtiene el efecto buscado se dice que la sugestión ha sido realizada. Cuando se realiza una sugestión, produce los efectos siguientes:

• Efectos sensoriales: la mano (o cualquier otra parte del cuerpo) experimentará una sensación de calor, frío u hormigueo.
• Efectos motores: el brazo puede elevarse o flotar en el aire; la pierna puede hacerse rígida.
• Efectos emocionales: pueden aparecer sentimientos de culpa, ira o temor.
• Cambios de ideas o creencias: puede perderse o incrementarse la confianza en otra persona (en este último caso el paciente desarrolla un buen rapport con su odontólogo).

La técnica de la Hipnosis en odontología no es aplicada a todos los pacientes. Sólo se induce el estado hipnótico de manera ocasional y únicamente cuando han fracasado todos los otros métodos de lidiar con los problemas del paciente. Se usa sólo cuando la anestesia convencional no ha llegado al grado necesario para obtener el control y cooperación de sujeto.

La utilización de la Hipnosis en odontología, permite la realización de tratamientos (endodoncia, extracción, cirugías, entre otros) sin que el paciente sienta el mínimo dolor o miedo al tratamiento. Es utilizada también, como analgesia para evitar el dolor posoperatorio, control de malos hábitos bucales, cuidado personal de la boca, modificación de los reflejos involuntarios de la lengua y músculos para lograr una intervención más cómoda por parte del odontólogo.